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lunes, 27 de mayo de 2013


                             




27 de Mayo de 1887
Sobre Fidel Roig Matóns, el pintor de Los Andes
Hubo un hombre que fue capaz de darlo todo por su pueblo, un hombre que no entendía la vida sin honor, sin justicia, sin dignidad. Uno de los personajes más fascinantes de la historia universal que quizá solo Napoleón Bonaparte y más atrás Alejandro, El Magno, tal vez pudieron superar sus hazañas militares. Un hombre que le dio razón y sentido a nuestra argentinidad y que jamás escatimo sacrificio alguno para ofrendarles a los oprimidos, de América la tan preciada libertad, hablamos claro esta del Gral. José de San Martín (1778-1850).
Pero fue Fidel Roig Matóns el pintor español, nacido en Gerona, Cataluña, que tras llegar a la argentina y radicarse en Mendoza hacia 1908 quien lograra pintar algunas de las escenas más esplendorosas que puedan existir del Gral. San Martín y del cruce del Ejercito Libertador a través de la cordillera de Los Andes. Matóns fue un detallista absoluto, pues para cada una de sus obras, esgrimía un plan que llevaba a cabo meticulosamente, documentando por ejemplo, la confección de los uniformes militares, la vestimenta que usaban los paisanos, es decir el color, la textura, etc. Los sombreros, las sillas de montar, los arneses, los valijones de cuero que los animales de carga (mulas) transportaban entre el frío mortal y las tormentas de nieve.
Para pintar al Gral. San Martín investigo incansablemente todos los escritos de la época. El mismo artista lo explicara en su cuaderno de anotaciones y viajes - he tomado de base los dos daguerrotipos hechos en Paris en el año1848, por ser la única verdad fisonómica que de él existe. Me he sometido al estudio de los rostros de su hermano Justo, y de su hermana Maria Elena a través de sus retratos existentes en el Museo Histórico Nacional de cuyo análisis he aprovechado su notable similitud congénita. Luego he estudiado cuidadosamente cuanto han dicho y descrito de su efigie los historiadores y demás personas de su época que lo trataron personalmente - en otro fragmente dirá- ateniéndome a la modestia y sencillez característica de nuestro prócer máximo. Lo presento en chaqueta, exento de antorchados. Así creo haber conseguido estampar el retrato del Gral. Su fisonomía, carácter y edad en la época que cruzara el gran macizo cordillerano para la libertad de los pueblos de Chile y Perú y consolidar la independencia argentina. Esta concepción de mi San Martín es la que Dios mediante, regirá en mis futuros trabajos que sobre su vida sueño realizar. Así lo hizo el artista español desde finales de 1920 hasta 1952. No solo retrato al prócer en su más elevada gloria y sencillez, sino también las tres principales rutas del ejército libertador, El Paso de Uspallata, El Paso del Portillo y El Paso de Los Patos. No solo fue un pintor de estudio sino también a cielo abierto pues salía con su viejo caballete y su maletín con pinturas a recorrer los difíciles caminos de la cordillera buscando la mejor perspectiva para sus obras. Plasmo cada piedra, y la eternidad de las montañas con soles gravitando en la blancura, sus pinceladas reflejaron cada resquicio de color de los atardeceres y el paisaje inenarrable de la gesta más grande del hombre allá por 1800, las tropas marchado hacia la victoria desde el Fuerte de San Carlos y El Plumerillo.
Creemos que ningún argentino puede dejar de sentirse emocionado ante las obras de Roig Matóns, es como si de golpe se escuchara la furia del viento golpeando de arrebatos, la figura empeñecida del héroe que nada ni nadie puede detener; lo que acelera el corazón es esa lucha que se sabe verdadera y que a su vez representa todo nuestro pasado y nuestro futuro como país, como continente.
Fidel Roig Matóns dejo de pintar tras sufrir una perdida gradual de la visión, quedando ciego debido a su exposición a los rayos ultravioletas, mientras trabajaba en las cumbres nevadas, sin embargo sus años dedicados al arte no fueron en vano, quizá jamás imagino que alcanzaría la autentica celebridad con su trabajo, que llegaría a tocar el corazón de miles de personas con su legado iconográfico, que jamás se equivoco en su búsqueda artística, donde la veracidad estética y la belleza pura se conjugan para dar razón a cada escena donde al pintarlas dejaba también su vida.
En épocas del facilismo, donde se siguen inventando superhéroes de cartón, donde ni hasta los próceres se salvan de la crítica atropellada y vil. Donde muchos ya han perdido las nociones del significado de pertenencia, de patria, de país, o es que tal vez no la tuvieron nunca, tiempos en los cuales al parecer se nos olvida de donde venimos, con la memoria conveniente y pertinaz solo para algunas cosas. Nosotros nos oponemos a pensar en que haya nacido en América otro hombre mas importante que El Libertador, quizá y solo volviendo unas paginas atrás volveremos a evocar su nombre, cuando definitivamente hayamos encontrado nuestro lugar como argentinos, y estemos mas que orgullosos de pertenecer a este suelo, fíjense Fidel Roig Matóns, el pintor de los Andes, lo creyó posible cuando fascinado se quedo hasta el final de sus días dando testimonio con su arte de lo que fue capaz un hombre, tan gigante como su pueblo porque supo amar con el alma a su tierra

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