Distante a 5 Km. al norte de la ciudad de Talca, se encuentra la llanura de Cancha Rayada, un campo, que fuera escenario de dos batallas en la guerra independentista de América latina, en este caso, chilena, con respecto a la metrópoli española.
La primera batalla de Cancha Rayada, ocurrió el 29 de marzo de 1814, antes de la ayuda del Ejército de los Andes, y no hubo enfrentamiento armado. El virrey del Perú, Fernando Abascal y Sousa, envió un ejército para reprimir a los patriotas chilenos, que simplemente, ante el avance español, y considerando su jefe, Manuel Blanco Encalada, que se hallaban en inferioridad de condiciones decidieron retirarse.
Desde 1814, San Martín había comprendido que era inútil atacar Perú desde las provincias del norte, como en vano lo había intentado Manuel Belgrano, y sin embargo sí le parecía posible vencerlos, ayudando la revolución chilena, uniendo ambas fuerzas, para luego atacar por mar a los españoles en Perú.
El 12 de enero de 1817, San Martín inició el heroico cruce de los Andes, para sostener el proyecto mencionado en el segundo párrafo. El ejército de los Andes obtuvo su primera y decisiva victoria en Chacabuco, el 12 de febrero de 1817.
El 19 de marzo de 1818 por la noche, nuevamente Cancha Rayada fue testigo de una retirada de los ejércitos revolucionarios al mando del general Bernardo O¨Higgins y de José de San Martín.
Este último, en mayo de 1817, se instaló cerca de Valparaíso, en el paraje conocido como “Las Tablas” para organizar el ejército que se encargaría de atacar Lima.
Mientras tanto, Talcahuano, permanecía sitiada por O¨Higgins, y el virrey del Perú, Joaquín de la Pezuela, envió al general Manuel Osorio, que había sido gobernador de Chile, a levantar el sitio.
Logrado su propósito, debía atacar sorpresivamente Santiago, que había sido ocupada por los independentistas, dos días después de la batalla de Chacabuco. Las tropas realistas zarparon de Callao en diez embarcaciones, el 9 de diciembre de 1817.
Enterado San Martín a través de sus espías de los planes del virrey, ordenó a O´Higgins, levantar el sitio de Talcahuano, y tomar rumbo al norte, para reunirse con las tropas sanmartinianas.
Cuando Osorio, al frente de 3.500 hombres llegó a Talcahuano, encontró la plaza libre de ocupación, por lo que se dispuso a perseguir a O´Higgins. Sin embargo, no pudo impedir, que el día 9 de marzo, San Martín y O´Higgins se encontraran en San Fernando. Ahora la persecución tomó un rumbo inverso y el que debió retroceder hasta Talca fue Osorio. El 19 de marzo mientras Osorio se encerraba en Talca, con el río Maule por detrás, con 4.600 hombres, los patriotas, alrededor de 7.600, se ubicaban frente a esa ciudad, en Cancha Rayada. No atacaron estos últimos, esa jornada, pues ya la noche estaba cayendo, y decidieron posponer el ataque para el día siguiente, ignorantes aún del plan estratégico que se gestaba en el frente enemigo.
El general José Ordóñez, propuso a la Junta de Guerra, atacar por la noche en forma sorpresiva, en tres columnas, plan que se adoptó descartando la idea de Osorio de retroceder a Talcahuano.
Enterado San Martín, trató de cambiar el frente de combate, ubicando sus divisiones entre el camino a Santiago y los cerros de Baeza, pero ya era tarde. Solamente Las Heras había podido reubicarse, y pudo retirarse hacia el norte con 3.000 soldados. El resto de las tropas sufrió un duro golpe, en un ataque confuso, donde en la oscuridad se mezclaban las fuerzas aliadas y enemigas, peleando en algunos casos, entre partidarios del mismo bando. Se perdieron municiones, 26 cañones, ciento veinte soldados y O´Higgins sufrió la herida de un brazo, que lo obligó a dirigirse a Santiago para su recuperación. El pánico se apoderó de Santiago, que era la próxima meta de los españoles, que habían perdido 200 hombres, pero aún contaban con sus armamentos.
Al llegar al río Lircay, Las Heras comunicó a San Martín la alentadora noticia de que sus hombres se habían salvado. San Martín que había conseguido llegar con gran parte de su ejército a San Fernando (las mayores bajas fueron de O´Higgins) se propuso organizar el contraataque.
A pesar de la derrota de Cancha Rayada, dos semanas después, la batalla de Maipú (5 de abril de 1818) consagró el triunfo chileno, con las fuerzas al mando de Las Heras, que había podido huir casi intacto de Cancha Rayada y el resto de los sobrevivientes de esa derrota. El general O´Higgins, aún herido participó, en la última fase, en este triunfo.
En un brazo donde O´Higgins llamó a San Martín “Salvador de Chile” y éste último elogió jocosamente a O´Higgins, nombrándolo como “ilustre inválido” que aún herido se hizo presente en el combate, se selló simbólica, pero también oficial y definitivamente la liberación del estado chileno, preparando juntos, ambos próceres, la liberación del Perú, que fuera luego concluida por sólo por O´Higgins
domingo, 25 de marzo de 2012
Cancha Rayada
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